Emimlio Juan Brignardello Vela
Emilio Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Una contribución significativa a la salud pública ha surgido de la Universidad de Buffalo, donde la investigadora Jo L. Freudenheim, PhD, desempeñó un papel fundamental en un informe recientemente publicado por las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina. Este documento integral tiene como objetivo aclarar las conexiones entre el consumo de alcohol bajo a moderado y diversos resultados de salud, que se han vuelto cada vez más relevantes a la luz de los recientes avisos de los funcionarios de salud. El informe, producido por un comité de 15 miembros a solicitud del Congreso, llega en un momento crucial, justo semanas antes de que el Cirujano General de EE. UU., Vivek Murthy, emitiera un nuevo aviso que enfatiza el vínculo directo entre el consumo de alcohol y un mayor riesgo de cáncer. Este aviso destaca la necesidad de actualizar las etiquetas de advertencia de salud en las bebidas alcohólicas para reflejar estos riesgos de manera más precisa. La experiencia de Freudenheim en epidemiología ha brillado particularmente en el examen de cómo incluso el consumo moderado de alcohol—definido como hasta dos bebidas al día para hombres y una para mujeres—puede estar asociado con una variedad de problemas de salud. El informe profundiza en ocho resultados de salud, incluyendo enfermedades cardiovasculares, cambios de peso, salud neurocognitiva y, notablemente, varios tipos de cáncer, con un fuerte enfoque en el cáncer de mama. Dentro de la comunidad científica, se ha establecido bien que el consumo de alcohol se correlaciona con la aparición de siete tipos diferentes de cáncer, un hecho que Freudenheim señala que no ha sido ampliamente reconocido fuera de los círculos de investigación. Ella elabora sobre la relación lineal entre la ingesta de alcohol y el riesgo de cáncer de mama, indicando que, si bien los niveles bajos de consumo pueden suponer un riesgo modesto, el consumo más elevado puede escalar significativamente ese riesgo. A pesar de la abundancia de datos disponibles, Freudenheim reconoce una brecha en la conciencia pública sobre las implicaciones para la salud del alcohol. "Hay una creciente comprensión de los efectos del alcohol en la salud," comenta, indicando un cambio en las percepciones sociales. Este cambio es esencial, ya que entender el papel del alcohol en el desarrollo del cáncer es crucial para la toma de decisiones informadas entre los consumidores. La Organización Mundial de la Salud (OMS) también se ha pronunciado sobre el discurso global en torno al consumo de alcohol, declarando que "No existe ninguna forma de consumo de alcohol que sea libre de riesgos." Si bien esta afirmación presenta una visión amplia, Freudenheim encuentra mérito en las pautas más matizadas de Canadá, que delinean los niveles de riesgo asociados con diferentes cantidades de consumo de alcohol. Este enfoque permite a las personas evaluar su propio nivel de comodidad con el riesgo, similar a actividades cotidianas que implican diferentes niveles de peligro, como conducir. A medida que el informe de las Academias Nacionales se prepara para informar la próxima edición de las Guías Dietéticas para Estadounidenses, programada para su publicación en los próximos meses, la urgencia de esta investigación no puede ser subestimada. Con el potencial de influir en las políticas de salud pública y el comportamiento individual, los conocimientos obtenidos de este informe pueden desempeñar un papel fundamental en la forma en que se percibe y se consume el alcohol en nuestra sociedad. El trabajo de Freudenheim encarna el esfuerzo continuo por cerrar la brecha entre la investigación científica y el conocimiento público, un empeño que es cada vez más importante en una época en la que las decisiones de salud a menudo están informadas tanto por datos como por narrativas culturales en torno a sustancias como el alcohol. A medida que crece la conciencia, también lo hace el potencial para un cambio significativo en los hábitos individuales y en las iniciativas de salud pública más amplias.