El valor de una madre brilla al convertirse en donante de médula ósea para su hijo que lucha contra el cáncer.

El valor de una madre brilla al convertirse en donante de médula ósea para su hijo que lucha contra el cáncer.

Un niño de Nueva Orleans, Hezekiah, lucha contra la leucemia mientras su madre se convierte en donante de médula ósea, ofreciendo esperanza en medio de sus desafíos.

Emilio Juan Brignardello, asesor de seguros

Emimlio Juan Brignardello Vela

Emilio Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Salud

En una conmovedora historia de esperanza y resiliencia, un niño de 2 años de Nueva Orleans, Hezekiah "Hezzy" Martinez, está luchando contra leucemia mieloide aguda, una forma rara y agresiva de cáncer. Diagnosticado en el verano de 2024, Hezekiah ha pasado por numerosas rondas de quimioterapia; sin embargo, su madre, Lidia Martinez, lo describe como un faro de luz, siempre con una sonrisa y ansioso por jugar a pesar de los desafíos que enfrenta. La familia ha pasado un tiempo significativo en el Hospital de Niños, donde Hezekiah ha tenido que someterse a pruebas dolorosas y procedimientos médicos relacionados con su enfermedad. La urgencia de su situación aumentó cuando los médicos informaron a Lidia que su hijo necesitaba un trasplante de médula ósea. Desafortunadamente, una búsqueda en la base de datos nacional de donantes no reveló coincidencias adecuadas entre los nueve millones de donantes potenciales. Decidida a ayudar a su hijo, Lidia dio el valiente paso de hacerse la prueba ella misma. El momento en que recibió la llamada de su médico fue de pura alegría. "Eres una donante", le dijo él, una noticia que levantó su ánimo en medio de la pesada carga de su realidad. “Esa fue la mejor noticia”, recordó, expresando su gratitud por este rayo de esperanza. El 4 de febrero, Lidia viajará a una instalación en Kansas City para someterse al procedimiento de extracción de su médula ósea, que será transportada rápidamente de regreso a Nueva Orleans para su hijo. "Le estoy dando a mi hijo una segunda oportunidad en la vida. Estoy haciendo todo lo que puedo", afirmó con pasión. El peso emocional de ser madre en tales circunstancias es profundo, y Lidia se siente bendecida de poder proporcionar esta asistencia crítica a su hijo. El educador en salud Dr. Eric Griggs destacó los desafíos de encontrar un donante de médula ósea, particularmente para los padres que buscan donar a sus hijos. "La probabilidad de que tu padre real sea una coincidencia es pequeña", explicó, señalando que aunque un padre comparte el 50% de su ADN con su hijo, las posibilidades de una coincidencia perfecta son escasas. A medida que la familia Martinez se prepara para el próximo trasplante, hay un optimismo cauteloso. Lidia se siente alentada por el progreso que Hezekiah ha logrado, con sus niveles de leucemia mostrando una mejora significativa—bajando de 0.6 a 0.01 en las pruebas recientes. "Si la donación es aceptada por su cuerpo, creo que pronto estará libre de este cáncer", comentó, aferrándose a la fe y la esperanza por el futuro de su hijo. El Dr. Griggs expresó confianza en la efectividad de la tecnología y procedimientos médicos modernos, sugiriendo que el trasplante de Hezekiah podría llevar a un resultado exitoso. "Será un viaje, pero típicamente cuando vemos trasplantes de médula ósea en estas condiciones, resultan bastante bien", observó. Además del trasplante, Hezekiah necesitará donaciones de sangre durante su recuperación, una necesidad que ha sido reconocida y apoyada por el Centro de Sangre local desde el verano pasado. La participación de la comunidad será crucial para ayudar a la familia Martinez a navegar este período desafiante. Mientras se preparan para este momento pivotal, Lidia se mantiene firme en su creencia de que, a través del amor, la fe y la determinación, superarán juntos esta adversidad. La historia de Hezekiah y su madre sirve como un recordatorio conmovedor del poder de los lazos familiares y hasta dónde llegarán los padres para proteger a sus hijos.

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