BC ve una disminución del 9% en las muertes por drogas tóxicas gracias a los esfuerzos comunitarios de reducción de daños.

BC ve una disminución del 9% en las muertes por drogas tóxicas gracias a los esfuerzos comunitarios de reducción de daños.

BC reporta una disminución del 9% en las muertes por drogas tóxicas en 2024, atribuida a los esfuerzos de reducción de daños como los programas de análisis de drogas, pero persisten desafíos.

Emilio Juan Brignardello, asesor de seguros

Emimlio Juan Brignardello Vela

Emilio Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Salud

En un desarrollo prometedor en medio de la actual crisis de drogas tóxicas, el Servicio de Médicos Forenses de BC ha informado una disminución del nueve por ciento en las muertes relacionadas con drogas tóxicas en la provincia durante los primeros diez meses de 2024. Esta disminución ha sido recibida con optimismo cauteloso por organizaciones comunitarias como ANKORS, que atribuyen una parte significativa de esta tendencia positiva a sus iniciativas de reducción de daños. Paulette Sutherland, líder del equipo en ANKORS y coordinadora del Equipo de Acción Comunitaria Moving Mountains, enfatizó el papel crítico de su programa de análisis de drogas, que cuenta con el apoyo de Interior Health. “La forma más efectiva de prevenir estas muertes es a través de nuestro sólido programa de análisis de drogas”, afirmó Sutherland. Esta iniciativa permite que las personas en riesgo hagan analizar sus sustancias, asegurando que estén informadas sobre las drogas que circulan en sus comunidades y reduciendo la probabilidad de sobredosis fatales. A pesar de la reducción general en las muertes, con 1,925 fatalidades reportadas en toda Columbia Británica, Sutherland advirtió que la crisis está lejos de haber terminado. Destacó los riesgos persistentes que enfrentan las comunidades rurales, señalando: “Sabemos que las drogas que están en diferentes comunidades, especialmente en áreas rurales, llegan a otros pueblos como Cranbrook”. Una reciente muerte en la zona subraya que la emergencia de drogas tóxicas sigue siendo un problema urgente, incluso si aún no se refleja en los datos estadísticos. ANKORS está comprometido a apoyar a las personas que buscan ayuda, ofreciendo una gama de servicios que facilitan conexiones con recursos esenciales. “Cuando la gente llega, se conecta con otros servicios y no puedo enfatizar lo importante que es eso este año”, dijo Sutherland. A través de su labor de alcance, los usuarios pueden acceder a profesionales de la salud, recursos humanos y otros sistemas de apoyo críticos, reforzando la idea de que las respuestas comunitarias colaborativas son esenciales para salvar vidas. La educación pública es otro pilar del enfoque de ANKORS, con un fuerte énfasis en desmitificar el estigma asociado al consumo de drogas. La organización promueve activamente la concienciación sobre la emergencia de drogas tóxicas y ofrece capacitación sobre intervenciones que salvan vidas, como el naloxona, un medicamento que puede revertir las sobredosis de opioides. “La capacitación en naloxona y los principios y prácticas de reducción de daños son una parte muy importante de nuestro trabajo”, comentó Sutherland, destacando la necesidad de la participación tanto del público como de las agencias en estas capacitaciones. El impacto de estas iniciativas se ve reflejado en estadísticas locales, que indican que en Kootenay Boundary, 30 vidas se perdieron a causa de drogas tóxicas, mientras que 18 fatalidades fueron reportadas en East Kootenay durante el mismo período. Estos números, aunque reflejan una realidad preocupante, también demuestran la urgente necesidad de seguir invirtiendo en estrategias de reducción de daños. A medida que la provincia navega por las complejidades de la crisis de drogas tóxicas, organizaciones como ANKORS permanecen a la vanguardia, abogando por políticas y programas que prioricen la salud, la seguridad y la educación. Su trabajo no solo aborda los peligros inmediatos, sino que también busca fomentar una comunidad más solidaria e informada, esencial para superar los desafíos que plantea el consumo de sustancias.

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