Emimlio Juan Brignardello Vela
Emilio Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un revelador nuevo informe coautorizado por David Lazer, profesor de la Universidad Northeastern, se ha puesto de manifiesto el problema generalizado de la desinformación en el ámbito científico. Publicado por las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina (NASEM) el jueves, el estudio subraya la necesidad crítica de soluciones sistemáticas para combatir la propagación de la desinformación, especialmente en contextos donde puede influir significativamente en la salud pública y la política. Lazer, un estimado miembro del Comité de NASEM sobre la Comprensión y Abordaje de la Desinformación sobre la Ciencia, elabora sobre los efectos perjudiciales de la desinformación, afirmando: "La desinformación socava la elección, la agencia individual y la democracia". El informe enfatiza que las distorsiones de los hechos científicos pueden sesgar la comprensión pública, llevando a decisiones personales erróneas y a resultados políticos perjudiciales. Financiado por la Fundación Nacional de Ciencias, el informe define meticulosamente la desinformación y la mala información, destaca sus implicaciones y propone direcciones de investigación junto con posibles intervenciones. Durante un período de dos años, el comité examinó varios casos de desinformación, con un enfoque particular en el campo médico. Uno de los ejemplos más impactantes citados es la crisis de los opioides, que se vio agravada por afirmaciones engañosas de empresas farmacéuticas como Purdue Pharma, que afirmaron que los opioides como el OxyContin no eran adictivos. Lazer señala que estas tergiversaciones no solo engañaron a los individuos, sino que también erosionaron la base de la toma de decisiones informadas en la sociedad. "El papel de la ciencia es ayudar a las personas a comprender el mundo que les rodea", explica Lazer, advirtiendo que la desinformación puede distorsionar esta comprensión y llevar a las personas a tomar decisiones que son contrarias a sus mejores intereses. Esta distorsión no solo afecta las vidas individuales, sino que también puede repercutir en la formulación de políticas. Lazer enfatiza que cuando los líderes no comprenden la verdad científica, las políticas que promulgan pueden no alinearse con las necesidades públicas, comprometiendo en última instancia el bienestar público. El informe destaca la influencia de las redes sociales en la amplificación de la desinformación; sin embargo, Lazer enfatiza que el impacto de los errores de medios de comunicación de confianza puede ser aún más significativo. La mala información de hallazgos científicos en medios reputables puede llevar a conceptos erróneos generalizados que pueden tardar años en corregirse, a veces resultando en daños irreversibles a la confianza pública en la ciencia. En respuesta a la alarmante propagación de la desinformación, el informe aboga por intervenciones específicas, particularmente en áreas donde las consecuencias representan serios riesgos para la salud y el bienestar. Al fomentar un público más informado y dotar a los individuos de las herramientas para discernir información científica creíble, la iniciativa busca empoderar a los ciudadanos mientras protege la integridad de los procesos democráticos. A medida que la sociedad lidia con un panorama de información en constante evolución, las ideas de este informe ofrecen un llamado crucial a la acción. Subraya la urgente necesidad de colaboración entre científicos, educadores, profesionales de los medios y responsables de políticas para cultivar un entorno donde la ciencia esté representada y sea confiable de manera precisa, reforzando en última instancia las bases de la democracia y la salud pública.