Emimlio Juan Brignardello Vela
Emilio Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En la serena aldea de Sheikhgund, ubicada en el área de Shangus en el sur de Cachemira, ha surgido una iniciativa impulsada por la comunidad, con el objetivo de erradicar el consumo de tabaco y el hábito de fumar de sus vidas. Este pintoresco pueblo, rodeado de exuberantes huertos de manzanas, ha hecho titulares al declarar colectivamente que la venta y el consumo de productos de tabaco son una ofensa, estableciendo un poderoso ejemplo para las aldeas vecinas. El movimiento comenzó a principios de este mes cuando los residentes se reunieron en su mezquita local. No fue simplemente una reunión, sino un compromiso de unidad contra el tabaquismo, marcando un punto de inflexión significativo en el enfoque del pueblo hacia la salud y el bienestar. Los dueños de tiendas de comestibles se comprometieron a retirar los productos de tabaco de sus estantes, mientras que muchos residentes prometieron dejar de fumar para siempre. A la vanguardia de esta iniciativa se encuentra Muhammad Yaqoob Reshi, un predicador de 70 años en la mezquita local. Reshi enfatiza la importancia de este movimiento, diciendo: “La juventud lideró esta iniciativa, y los ancianos la apoyaron de todo corazón.” Como propietario de una pequeña tienda de comestibles, Reshi afirma con orgullo que ya no vende cigarrillos ni tabaco. Cree que obtener ganancias de algo considerado dañino en su religión no solo es poco ético, sino espiritualmente incorrecto. “He estado dando sermones de viernes sobre este tema crítico, respaldado por orientación religiosa”, añade, destacando la interconexión entre la fe y la salud en esta iniciativa. Mir Jaffar, una figura local de 30 años, ha emergido como un héroe dentro de la comunidad. Jaffar articula apasionadamente las implicaciones más amplias del tabaquismo, viéndolo como un precursor de hábitos más peligrosos. Su determinación de buscar apoyo gubernamental subraya la seriedad de su misión. “Si los tenderos están dispuestos a sacrificar sus ganancias por una causa mayor, el gobierno debería ayudar a que esta iniciativa sea un gran éxito”, afirma. Los impactos de este movimiento ya son evidentes. Ghulam Hassan Mir, un exfumador empedernido de 75 años, compartió su conmovedora historia de transformación. “Fumé cigarrillos y hookah durante más de 40 años, pero esta iniciativa me dio la fuerza para dejarlo. Puedo sentir la diferencia; es como respirar vida de nuevo”, reflexiona, ilustrando las profundas victorias personales que han surgido de este esfuerzo comunitario. Las mujeres en el pueblo están igualmente comprometidas con esta causa. Saima Bashir, una residente de 26 años, enfatiza la importancia de abordar el tabaquismo, especialmente entre personas educadas, para prevenir que las futuras generaciones enfrenten los riesgos de la adicción a las drogas. “No queremos que nuestra generación se arruine, así que estamos comprometidos a frenar este flagelo”, declara, mostrando que la lucha contra el tabaco es una responsabilidad compartida. La aldea, hogar de más de 200 familias, ahora está adornada con pancartas y carteles que proclaman eslóganes como “No al Tabaquismo”, “No al Tabaco” y “Sheikhgund: Una Zona Libre de Humo y Drogas.” Estos mensajes resuenan en toda la comunidad, simbolizando una reclamación colectiva de su aire y su futuro. A medida que los aldeanos miran hacia adelante, se sienten optimistas sobre el potencial de expandir su campaña más allá de Sheikhgund. Jaffar expresa una visión clara: “Queremos que este mensaje llegue a cada hogar y a cada aldea.” Con su postura unida contra el tabaquismo y el tabaco, la aldea de Sheikhgund no solo ejemplifica el poder de la acción comunitaria, sino que también inspira a otros a seguir su ejemplo en la lucha por vidas más saludables.