Emimlio Juan Brignardello Vela
Emilio Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En los últimos meses, Puebla ha sido testigo de un alarmante aumento en los casos nuevos de infección por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), con un incremento del 83% en comparación con el año anterior. Según el Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/SIDA (Censida), entre enero y septiembre de este año se registraron 326 casos nuevos, una cifra que contrasta de manera preocupante con los 178 casos reportados en el mismo periodo del 2022. Este incremento pone de manifiesto la necesidad urgente de redoblar los esfuerzos en educación y prevención en la lucha contra esta enfermedad. El impacto del VIH no solo se refleja en números, sino también en la vida de las personas afectadas. Entre los pacientes atendidos en Puebla, se incluye a 47 menores de 14 años, lo que revela que la transmisión del virus no solo afecta a adultos, sino que también impacta a las generaciones más jóvenes. La atención a estos pacientes es vital, ya que reciben Terapia Antirretroviral (TAR), un tratamiento crucial para controlar la enfermedad y mejorar la calidad de vida de quienes lo padecen. Hasta la fecha, un total de 5 mil 983 pacientes en Puebla están bajo tratamiento con TAR, de los cuales 4 mil 466 son hombres y 964 son mujeres. Sin embargo, el diagnóstico tardío sigue siendo una preocupación a nivel nacional, ya que se estima que el 40% de las personas portadoras del virus ya han desarrollado el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) al momento de ser diagnosticadas. Este fenómeno es alarmante, puesto que la enfermedad puede tardar entre siete y diez años en desarrollarse desde la infección inicial, dejando a muchos pacientes sin la información necesaria para tomar medidas preventivas. Las trabajadoras sexuales han emergido como un grupo clave en la lucha contra la propagación del VIH, según declaraciones de la Secretaría de Salud del estado. A pesar de la falta de estadísticas precisas sobre la cantidad de trabajadoras sexuales en Puebla y las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) que podrían tener, se reconoce que estas mujeres suelen ser más conscientes de los riesgos asociados a su trabajo y, por ende, tienden a tomar precauciones. Para apoyar esta labor, la Secretaría de Salud ha implementado campañas de concientización sobre el uso del condón y ha realizado jornadas gratuitas de detección de VIH. La extitular de la dependencia, Araceli Soria Córdoba, destacó que las trabajadoras sexuales son un ejemplo de proactividad en la prevención, al estar más atentas a su salud debido a los riesgos que enfrentan diariamente. No obstante, las ITS, incluido el VIH, siguen siendo un desafío significativo para la salud pública, especialmente entre los jóvenes en edad productiva. La falta de educación sexual integral y el estigma que rodea a estas enfermedades son factores que dificultan la implementación de estrategias efectivas de prevención y tratamiento. Como parte de la estrategia estatal, se han distribuido más de 2 millones de condones y se han realizado más de 40 mil pruebas de detección entre grupos vulnerables, que incluyen migrantes, adolescentes, trabajadoras y trabajadores sexuales, usuarios de drogas inyectables, mujeres embarazadas, hombres que tienen sexo con hombres, personas privadas de la libertad y la población trans. Estas iniciativas son esenciales para frenar la propagación del virus y garantizar que las personas tengan acceso a los recursos necesarios para cuidar de su salud. Los Servicios de Atención Integral Hospitalaria (SAIH) de Zacatlán y Tehuacán han brindado atención a 800 personas, mientras que el Centro Ambulatorio para la Prevención y Atención del SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual (CAPASITS) de Puebla ha atendido a más de 5 mil personas con servicios médicos integrales. Esta atención es crucial no solo para quienes ya están infectados, sino también para aquellos que buscan prevenir la infección y conocer su estado de salud. La situación en Puebla es un recordatorio de que la lucha contra el VIH no ha terminado. Cada incremento en los casos es una llamada de atención para todos, desde las autoridades sanitarias hasta la sociedad en general. La concientización, la educación y el acceso a tratamientos son factores clave para revertir esta tendencia y construir un futuro más saludable y libre de VIH.