Emimlio Juan Brignardello Vela
Emilio Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El dengue, una infección viral que se ha convertido en un problema de salud pública significativo a nivel mundial, es transmitido por el mosquito Aedes aegypti. Este virus presenta cuatro serotipos, a saber, DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DENV-4, y se ha demostrado que las infecciones posteriores a un primer contagio pueden complicarse si se presenta un serotipo diferente. Este fenómeno aumenta el riesgo de desarrollar formas graves de la enfermedad, como el dengue hemorrágico, lo que resalta la urgencia de nuevas estrategias terapéuticas, especialmente considerando que no existen medicamentos antivirales efectivos y accesibles en el mercado. En este contexto, un equipo de investigadores del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Salud (INICSA, CONICET-UNC) y del Instituto de Biotecnología Ambiental y Salud (INBIAS, CONICET-UNRC) ha dirigido sus esfuerzos hacia una solución innovadora: un extracto de la piel roja del maní. Este hallazgo, que fue publicado recientemente en la revista Plants, promete abrir una puerta a tratamientos naturales y sostenibles que podrían ser fundamentales en la lucha contra el dengue. La investigadora Carola Sabini, quien lidera el estudio, explica que la elección del maní, conocido por sus propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas, es estratégica, dado que la provincia de Córdoba produce grandes cantidades de esta leguminosa y la piel se descarta como un subproducto industrial. Al revalorizar este residuo, los científicos no solo buscan innovar en el tratamiento del dengue, sino también promover la sostenibilidad y la economía circular. Los investigadores realizaron previamente una evaluación de toxicidad de los extractos de tegumento y semilla de maní en modelos celulares y en ratones. Estos estudios preliminares les permitieron identificar concentraciones seguras que no dañan las células del huésped, las cuales fueron utilizadas posteriormente para evaluar la eficacia antiviral del extracto contra el serotipo 2 del virus del dengue en ensayos in vitro. Las pruebas revelaron que el extracto de piel de maní es capaz de inhibir el DENV-2 en distintas etapas de su ciclo de replicación. Esto incluye la fase de adsorción, donde el virus se une a la célula para ingresar, así como acciones dentro de la célula hospedadora. Curiosamente, se observó que el tratamiento previo con este extracto puede incluso prevenir la infección, lo que sugiere su potencial como herramienta terapéutica. Colaborando con expertos en biología molecular, los científicos confirmaron que la acción antiviral del extracto se basa en la inhibición de la síntesis de ARN viral. Estos hallazgos superaron las expectativas del equipo, ya que abren la posibilidad de que el extracto sea utilizado no solo como tratamiento para personas infectadas, sino también como un preventivo para evitar la infección en primer lugar. El equipo de investigación está ahora en la búsqueda de alianzas con el sector industrial para avanzar en la producción y comercialización de este extracto. Según Elio Soria, coautor del estudio, la fitomedicina presenta ventajas significativas, como la combinación de diferentes moléculas que pueden ser más efectivas en conjunto que por separado, sumado a su costo reducido, lo cual es crucial para países con recursos limitados. Sin embargo, antes de que un fitofármaco pueda ser administrado a humanos, se requiere la realización de pruebas adicionales que optimicen su absorción y biodisponibilidad. En este sentido, los investigadores están trabajando con especialistas en nanotecnología para desarrollar partículas que faciliten la entrega de los compuestos activos del extracto en el organismo de manera eficiente. Además, el enfoque del estudio no se limita a la acción antiviral. Sabini menciona que están explorando cómo el extracto de maní puede influir en la respuesta inmune del cuerpo, lo que podría permitir su uso como un inmunomodulador. Esto es especialmente relevante para combatir el proceso inflamatorio que acompaña a las infecciones de dengue, particularmente en casos de reinfección. En un mundo donde la sostenibilidad se vuelve cada vez más crucial, el enfoque del equipo es ejemplar. Desde la utilización de métodos de extracción 'verdes' hasta la elección consciente de los materiales para las nanovesículas, su objetivo es minimizar el impacto ambiental y asegurar que todos los elementos sean accesibles y producidos localmente en Argentina, reduciendo así la dependencia de importaciones. El trabajo de Florencia Menis Candela, quien se desempeñó como becaria doctoral en el INIBAS, destaca la importancia de la investigación colaborativa y el potencial de los recursos naturales en la búsqueda de soluciones efectivas y sostenibles. A medida que el mundo enfrenta un aumento en los casos de dengue, investigaciones como esta ofrecen una luz de esperanza en la lucha contra esta enfermedad emergente.