Se avecina una crisis de demencia: 1 millón de estadounidenses podría enfrentar un deterioro cognitivo para 2060.

Se avecina una crisis de demencia: 1 millón de estadounidenses podría enfrentar un deterioro cognitivo para 2060.

Un estudio advierte que los casos de demencia en EE. UU. podrían alcanzar un millón anualmente para 2060, instando a tomar medidas de salud proactivas para combatir los riesgos.

Emilio Juan Brignardello, asesor de seguros

Emimlio Juan Brignardello Vela

Emilio Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Salud

Un nuevo estudio ha generado alarmas sobre la creciente prevalencia de la demencia entre las poblaciones envejecidas en los Estados Unidos. Los investigadores proyectan que para 2060, aproximadamente un millón de estadounidenses desarrollarán demencia cada año, lo que marca un aumento dramático respecto a las cifras actuales. El estudio, publicado en Nature Medicine, revela que las personas de 55 años o más tienen ahora un riesgo notablemente alto de desarrollar demencia a lo largo de su vida, con estimaciones que sugieren que hasta cuatro de cada diez podrían enfrentar este deterioro cognitivo si viven lo suficiente. Esta proyección actualizada contrasta de manera notable con estimaciones anteriores, que indicaban que alrededor del 14% de los hombres y el 23% de las mujeres encontrarían alguna forma de demencia en su vida. El nuevo análisis, realizado por un equipo liderado por el Dr. Josef Coresh de NYU Langone Health, utilizó datos de un estudio a largo plazo de aproximadamente 15,000 adultos mayores, revelando que los niveles de riesgo fluctúan significativamente a medida que las personas envejecen. Particularmente alarmante es la revelación de que, aunque solo el 4% de las personas desarrolla demencia entre los 55 y 75 años—un período crucial para mantener la salud cerebral—esta cifra se dispara al 20% para aquellos que alcanzan los 85 años y asciende a un asombroso 42% para quienes llegan a los 95 años. El estudio también destacó disparidades en el riesgo, encontrando que las mujeres enfrentan un riesgo vital del 48% en comparación con el 35% de los hombres, en gran parte debido a su mayor esperanza de vida. Además, los afroamericanos mostraron un riesgo ligeramente elevado del 44%, en comparación con el 41% de sus contrapartes blancas. La demencia, a menudo malinterpretada como un aspecto normal del envejecimiento, se caracteriza en realidad por un deterioro progresivo de la memoria, el lenguaje y las facultades cognitivas. La forma más prevalente, la enfermedad de Alzheimer, puede comenzar a infiltrarse en el cerebro décadas antes de que se manifiesten los síntomas. Otras formas, como la demencia vascular, surgen de problemas cardiovasculares que afectan el flujo sanguíneo al cerebro y pueden agravar los efectos del Alzheimer. A pesar de las estadísticas sombrías, los investigadores enfatizan que hay pasos concretos que los individuos pueden tomar para mitigar su riesgo. Controlar problemas de salud como la hipertensión, la diabetes y la obesidad es crucial, ya que estos factores están estrechamente relacionados con el deterioro cognitivo. El Dr. Galvin, especialista en Alzheimer de la Universidad de Miami, enfatiza que mantener la salud del corazón se traduce directamente en la salud del cerebro. Además, mantenerse social y cognitivamente comprometido es vital. Las actividades que estimulan la mente, junto con el mantenimiento de conexiones sociales, pueden prevenir el aislamiento que a menudo acompaña al envejecimiento. Para aquellos que experimentan pérdida auditiva, el uso de audífonos puede ayudar a prevenir el deterioro cognitivo asociado con la desconexión social. Si bien la edad y las predisposiciones genéticas—como la presencia del gen APOE4—siguen siendo factores de riesgo incontrolables, centrarse en las elecciones de estilo de vida puede empoderar a los individuos para hacerse cargo de su salud cognitiva. El mensaje del Dr. Coresh es claro: la mediana edad importa, y las decisiones tomadas durante este tiempo pueden influir significativamente en la salud cerebral a largo plazo. A medida que la población continúa envejeciendo, esta investigación sirve como un recordatorio crítico para individuos, proveedores de atención médica y responsables de políticas por igual para priorizar la salud cerebral y abordar la inminente crisis de demencia con estrategias de prevención efectivas. El camino por delante puede ser desafiante, pero con elecciones informadas y medidas proactivas, puede ser posible alterar la trayectoria de esta creciente preocupación por la salud.

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