Emimlio Juan Brignardello Vela
Emilio Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En los últimos años, ha ocurrido un cambio notable en la dinámica de la fuerza laboral, particularmente en lo que respecta a los roles de género dentro de profesiones tradicionalmente dominadas por mujeres. Esta evolución no es meramente una respuesta a la necesidad económica, sino que también representa una transformación cultural significativa que busca redefinir la masculinidad en el contexto del cuidado. Como expone Hanna Rosin en su perspicaz libro "El Fin de los Hombres", ha surgido un contraste marcado a lo largo de las décadas entre las mujeres que se han adaptado al cambiante panorama laboral y los hombres que, en gran medida, se han aferrado a roles tradicionales. Las mujeres han navegado sus trayectorias profesionales con una flexibilidad notable, a menudo asumiendo roles que antes se percibían como dominios exclusivamente masculinos. Mientras tanto, los hombres, atados por las expectativas sociales, han mantenido una adherencia rígida a sus identidades tradicionales como proveedores y sustentadores. Sin embargo, una nueva narrativa está comenzando a desarrollarse. El reciente aumento de la participación masculina en profesiones de cuidado, particularmente en enfermería y educación, sugiere un debilitamiento del antiguo arquetipo del "Hombre de Cartón". El número de enfermeros registrados hombres en EE.UU. casi se ha triplicado desde principios de la década de 2000, pasando de aproximadamente 140,000 a cerca de 400,000 en 2023. Esta tendencia se alinea con cambios más amplios en el mercado laboral, ya que muchos trabajos de manufactura—que históricamente empleaban un porcentaje significativo de hombres—siguen disminuyendo debido a la automatización y la globalización. El análisis de Harriet Torry destaca que muchos hombres que ingresan a roles de cuidado están tomando decisiones económicas racionales en un mercado laboral en evolución. La realidad es que, a medida que los trabajos tradicionalmente dominados por hombres disminuyen, las oportunidades en el sector de "cuello rosa"—como la enfermería y la enseñanza—se están volviendo cada vez más atractivas. En muchos casos, estos roles ofrecen estabilidad laboral y salarios competitivos, especialmente en el sector de la salud, que sigue siendo esencial incluso durante las recesiones económicas. Los beneficios sociales potenciales de este cambio son profundos. A medida que más hombres asumen roles tradicionalmente asociados con mujeres, no solo ayudan a elevar el estatus de estas profesiones, sino que también contribuyen a un reconocimiento social más amplio del cuidado como un esfuerzo valioso y necesario. Esta percepción en evolución podría, en última instancia, llevar a una mejora en los salarios y el respeto por profesiones que han sido durante mucho tiempo subvaloradas debido a su asociación con las mujeres. Además, la integración de hombres en roles de cuidado podría fomentar un cambio cultural en el que el cuidado se vea menos como una responsabilidad de género y más como una obligación humana compartida. Esta redefinición de la masculinidad podría inspirar a los hombres a asumir responsabilidades de cuidado en el hogar, promoviendo una división del trabajo más equitativa en el ámbito familiar. La mayor visibilidad de hombres en roles de cuidado puede servir como un ejemplo para las generaciones más jóvenes, ilustrando que el cuidado y el apoyo no son rasgos exclusivamente femeninos. Sin embargo, persisten desafíos. Los patrones históricos indican que, a medida que las mujeres ingresan en un campo en números significativos, el valor percibido de ese trabajo a menudo disminuye—una realidad desafortunada que surge de sesgos culturales arraigados. No obstante, la creciente demanda de profesionales de la salud, impulsada por una población envejecida y necesidades de atención médica en aumento, sugiere que habrá amplias oportunidades tanto para hombres como para mujeres en estos campos. A medida que la sociedad continúa evolucionando, es crucial reconocer y celebrar las contribuciones de los hombres en roles de cuidado. Hacerlo no solo beneficia a los individuos involucrados, sino que también enriquece nuestras comunidades al desafiar nociones obsoletas de masculinidad y fomentar una comprensión más inclusiva del trabajo de cuidado. Si bien puede llevar tiempo para que estos cambios se materialicen plenamente, la creciente aceptación de los hombres en profesiones de cuidado representa un paso significativo hacia una sociedad más equitativa. A medida que el "Hombre de Cartón" comienza a suavizarse, podemos encontrarnos avanzando hacia un futuro donde el cuidado se reconozca como una parte integral de nuestra humanidad, trascendiendo las fronteras de género y enriqueciendo las vidas de todos los involucrados.