Emimlio Juan Brignardello Vela
Emilio Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un movimiento audaz que podría redefinir el panorama de la regulación del tabaco en Estados Unidos, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) está buscando la aprobación de la Casa Blanca para proponer una reducción significativa en los niveles de nicotina en los cigarrillos. Esta iniciativa, que los expertos en salud pública han defendido durante mucho tiempo, surge como respuesta al asombroso costo de las muertes relacionadas con el tabaquismo en el país, estimadas en alrededor de 480,000 cada año. La propuesta de la FDA fue presentada a la Oficina de Administración y Presupuesto (OMB) el martes, lo que plantea preguntas sobre la viabilidad de un cambio de política tan drástico en los últimos días de la administración Biden. Mitch Zeller, exdirector del centro de tabaco de la agencia, lo calificó como un "hito en el progreso", pero reconoció los desafíos que se avecinan, particularmente dada la sólida oposición de la industria y el panorama político que cambiará con la inauguración del presidente electo Donald Trump en enero. Se espera que la administración de Trump esté influenciada por el poderoso lobby del tabaco, que históricamente ha financiado campañas políticas, incluidas las de Trump. A pesar de su oposición personal al tabaquismo, su elección de Robert F. Kennedy Jr. como el probable nominado para la agencia de salud podría complicar aún más las cosas. Kennedy ha criticado las subvenciones federales a los cultivadores de tabaco, sugiriendo que desvían esfuerzos para promover la salud pública. El camino de la FDA hacia la regulación de la nicotina comenzó en serio en junio de 2022, cuando el Dr. Robert Califf, comisionado de la agencia, anunció la intención de reducir significativamente la nicotina a niveles que disminuirían la calidad adictiva de los cigarrillos. Esta propuesta, si se finaliza, representaría una de las medidas más impactantes en la historia de la regulación del tabaco en EE. UU. Sin embargo, el destino de la iniciativa sigue siendo incierto, especialmente a la luz del abandono previo de una propuesta para prohibir los cigarrillos mentolados, una medida fuertemente opuesta por Reynolds American, un actor importante en la industria del tabaco. La respuesta pública a la propuesta de reducción de nicotina ha sido mixta, con más de 7,700 comentarios presentados por el público, incluidas voces de la industria del tabaco. Mientras que algunos defensores, como Erika Sward de la Asociación Americana del Pulmón, apoyan la iniciativa como una forma de combatir la adicción juvenil y las consecuencias de salud a largo plazo del tabaquismo, las principales compañías de cigarrillos han reaccionado en contra. Argumentan que reducir los niveles de nicotina podría efectivamente convertirse en una prohibición del producto, contraviniendo las leyes de control del tabaco establecidas. A medida que la FDA navega por este complejo paisaje regulatorio, el resultado de su propuesta de reducción de nicotina probablemente dependerá de un delicado equilibrio entre los intereses de salud pública y la formidable influencia del lobby del tabaco. Los próximos meses serán cruciales mientras la agencia busca finalizar sus propuestas en medio de un trasfondo político en evolución, dejando a muchos preguntándose si este ambicioso objetivo de salud pública se hará realidad.