Emimlio Juan Brignardello Vela
Emilio Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Los conductores de 70 años o más podrían verse pronto obligados a someterse a pruebas médicas obligatorias para mantener sus licencias de conducir, ya que los expertos están sugiriendo cambios en las regulaciones actuales de conducción. Si se promulgan estas propuestas, los conductores mayores podrían enfrentarse a dos nuevas pruebas: exámenes de la vista y evaluaciones cognitivas. Siobhan Thomas, especialista del departamento de lesiones graves de Hugh James, explicó que los cambios potenciales surgen de cuestionarios de autoevaluación diseñados para medir la aptitud de un individuo para conducir. Dependiendo de sus respuestas, es posible que se remita a los ancianos para evaluaciones médicas, que serán realizadas por profesionales de la salud como médicos de cabecera (GP) o médicos designados. Estas evaluaciones tienen como objetivo evaluar la visión del conductor, las funciones cognitivas y cualquier condición de salud que pueda afectar su capacidad para conducir. Thomas enfatizó que, aunque la perspectiva de estas pruebas puede parecer intimidante, en última instancia están destinadas a ayudar a los conductores mayores a mantener su independencia mientras se prioriza la seguridad en las carreteras. La sugerencia ha generado una considerable discusión entre la comunidad de conductores, con muchos automovilistas mayores compartiendo anécdotas personales que ilustran sus preocupaciones. Una persona relató una experiencia preocupante tras un accidente cerebrovascular. Después de una estancia de dos meses en el hospital y rehabilitación, su médico le dio el visto bueno para conducir sin notificar a la Agencia de Licencias de Conducir y Vehículos (DVLA). En contraste, otro paciente que informó sobre su condición enfrentó la suspensión de su licencia y un largo proceso para recuperar sus privilegios de conducción, lo que pone de relieve las complejidades y posibles injusticias dentro del sistema actual. Ha surgido críticas respecto a lo que algunos ven como un enfoque dirigido hacia los conductores mayores. Un automovilista describió la situación como una "vendetta continua contra los conductores mayores", mientras que otro afirmó de manera contundente que las medidas eran "todo por dinero". Estos sentimientos reflejan una creciente frustración entre los ancianos que sienten que están siendo examinados injustamente debido a su edad. Además, algunos miembros de la comunidad señalaron que los conductores mayores a menudo se someten a exámenes de la vista regulares, típicamente cada año, lo que genera preocupaciones sobre la necesidad de pruebas adicionales. Una persona notó que su esposa tiene múltiples chequeos, incluidas consultas para sus gafas y recordatorios persistentes del NHS, cuestionando la eficiencia de las regulaciones propuestas. A medida que continúan las discusiones, queda por ver cómo serán recibidas estas propuestas por los responsables de políticas y el público en general. Los defensores de la seguridad vial y los defensores de los conductores mayores se encuentran en una encrucijada, con ambas partes enfatizando la importancia de un enfoque equilibrado que aborde la seguridad sin comprometer la independencia de los automovilistas mayores.