Emimlio Juan Brignardello Vela
Emilio Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Un estudio innovador publicado en la revista Nature Mental Health ha arrojado luz sobre los profundos beneficios de la musicoterapia para las personas que sufren de demencia avanzada. La investigación proporciona evidencia convincente de que la musicoterapia puede aliviar la agitación, la ansiedad y el malestar, que son desafíos comunes para aquellos que viven con esta condición. Con aproximadamente un millón de personas en el Reino Unido afectadas por la demencia, muchas de las cuales se encuentran en etapas avanzadas, las implicaciones de este estudio son tanto oportunas como significativas. A medida que la demencia progresa, las personas a menudo exhiben comportamientos difíciles como agresión, inquietud y resistencia a la atención, creando cargas adicionales tanto para los pacientes como para los cuidadores. Sin embargo, los hallazgos de este estudio indican que la musicoterapia dirigida puede fomentar una mayor calma y mejorar el estado de ánimo, incluso en las etapas avanzadas de la enfermedad. Naomi Thompson, una investigadora principal de la Universidad Anglia Ruskin, enfatiza el potencial de la música como una intervención sencilla y rentable para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas. La investigación revela que el impacto de la música radica en su capacidad para involucrar ambos lados del cerebro, estimulando redes cognitivas y sensoriales que pueden permanecer intactas a pesar de la progresión de la demencia. Este compromiso permite a las personas acceder a recuerdos y emociones preservados, regulando efectivamente las respuestas al estrés y promoviendo una sensación de seguridad y orientación. Uno de los aspectos más vitales de la musicoterapia es su enfoque personalizado. Al adaptar las sesiones de música a la historia y preferencias de cada individuo—ya sea a través de grabaciones familiares, interpretación instrumental o canto—se pueden observar mejoras inmediatas en la atención, el estado de ánimo y el compromiso. Además, el estudio destaca cómo la música puede evocar recuerdos de los años formativos de una persona, generalmente entre los 10 y 30 años, lo que resulta especialmente efectivo para desencadenar recuerdos positivos. Identificar canciones favoritas también puede contribuir a restaurar un sentido de identidad para las personas, ofreciendo consuelo en medio de las incertidumbres de la demencia. Los musicoterapeutas juegan un papel crucial en este proceso, guiando a familias y cuidadores en la selección de canciones que resuenen con la historia de vida del individuo. Implementar música grabada en las rutinas diarias puede aliviar momentos de agitación mientras fomenta la relajación y la reminiscencia. Como una forma de expresión no verbal, la música puede ser apreciada incluso por aquellos con discapacidades cognitivas severas. La capacidad de responder a melodías y ritmos fomenta la conexión, permitiendo que los cuidadores y miembros de la familia se involucren de manera significativa con las personas que pueden tener dificultades con la comunicación verbal. Este cambio de gestionar el malestar a compartir experiencias alegres también mejora las relaciones con los cuidadores, promoviendo la empatía y reduciendo el estrés para quienes brindan atención. Para asegurar la adopción generalizada de la musicoterapia en el cuidado de la demencia, el estudio aboga por la capacitación del personal de atención en la integración efectiva de la música. Esto incluye orientación sobre la selección de canciones y la estructuración de sesiones, además de alentar a las familias a compartir las preferencias musicales de sus seres queridos para crear listas de reproducción personalizadas. Los esfuerzos de investigación colaborativa incluyeron entrevistas con el personal y musicoterapeutas de unidades de demencia, junto con revisiones sistemáticas y encuestas a profesionales de la salud. El coautor Ben Underwood subraya la necesidad de explorar métodos innovadores para aliviar el malestar en individuos con demencia avanzada, destacando el potencial de la música en este esfuerzo. Más allá de beneficiar a las personas con demencia, interactuar con la música puede crear momentos de disfrute compartido para las familias y cuidadores, lo que conduce a una reducción del estrés y una mayor satisfacción laboral. A medida que la prevalencia de la demencia continúa en aumento, la importancia de intervenciones accesibles y rentables como la musicoterapia no puede subestimarse. En conclusión, esta investigación no solo confirma el poder transformador de la musicoterapia, sino que también establece una base para su integración en las prácticas estándar de atención de la demencia. "La música no es solo una forma de calmar—es una forma de conectar, recordar y vivir más plenamente en el momento", afirma Thompson, reafirmando que incorporar música en el cuidado de la demencia puede llevar a menos malestar, un redescubrimiento del yo y conexiones más profundas entre individuos, cuidadores y familias por igual.