Emimlio Juan Brignardello Vela
Emilio Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El año 2024 ha sido testigo de avances médicos significativos que prometen transformar el panorama de la salud global. Entre las innovaciones más notables se encuentran las nuevas vacunas contra el cáncer, tratamientos revolucionarios para el VIH y la paraplejia, así como avances en terapias celulares que han mostrado resultados esperanzadores en la lucha contra diversos tipos de cáncer. Uno de los desarrollos más impactantes proviene de la Universidad Emory en Estados Unidos, donde se ha demostrado que el lenacapavir, un fármaco que se administra mediante una inyección semestral, puede reducir el riesgo de infección por VIH en un 96%. Este tratamiento, comercializado como 'Sunlenca' por Gilead Sciences, tiene el potencial de revolucionar la forma en que se aborda la prevención del VIH, ya que su eficacia supera a la de la profilaxis previa a la exposición (PrEP) oral, que requiere una adherencia diaria. La comunidad médica está ahora centrada en la accesibilidad de este tratamiento, considerando que podría ser un punto de inflexión en la lucha contra la pandemia del VIH. El 'paciente de Ginebra' también ha captado la atención mundial tras ser declarado libre del VIH después de un trasplante de células madre. Este caso es especialmente notable ya que se logró sin la necesidad de una mutación genética que normalmente confiere resistencia al virus. La investigación en este ámbito sigue avanzando, y científicos de diferentes instituciones subrayan la importancia de estos hallazgos para encontrar formas más eficaces de tratar la enfermedad. Por otro lado, los avances en el tratamiento de la paraplejia han brindado esperanza a quienes han sufrido lesiones en la médula espinal. Investigadores suizos han utilizado una técnica de estimulación cerebral profunda que ha permitido a dos pacientes recuperar la movilidad. Wolfgang Jäger, uno de los beneficiados, ha compartido su experiencia, señalando cómo este tratamiento le ha devuelto la capacidad de realizar actividades cotidianas que antes creía imposibles. El área de las terapias celulares también ha dado pasos importantes. Un ensayo clínico de Stanford ha mostrado resultados prometedores utilizando terapias CAR-T para tratar tumores cerebrales infantiles. De los 11 niños participantes, nueve experimentaron mejoras significativas, lo que representa un avance notable en la lucha contra los cánceres sólidos, que han sido tradicionalmente difíciles de tratar. En el ámbito de la investigación sobre vacunas contra el cáncer, los estudios recientes han demostrado resultados alentadores. Una vacuna de ADN neoantigénico aplicada a mujeres con cáncer de mama triple negativo ha mostrado una elevada tasa de respuesta inmune y, tras tres años, la mayoría de las participantes se mantuvieron libres de cáncer. Este hallazgo podría marcar un nuevo horizonte en la prevención y tratamiento de esta agresiva forma de cáncer. Además, un ensayo en pacientes con cáncer de pulmón ha explorado la vacuna BNT116, diseñada para potenciar la respuesta inmune del paciente contra el tumor. Este enfoque promete ofrecer alternativas menos tóxicas y más duraderas que las terapias tradicionales, destacando la creciente tendencia hacia tratamientos personalizados y dirigidos en oncología. Otro avance en la investigación se ha producido en el cáncer de páncreas, donde se ha testeado una vacuna terapéutica basada en ARN mensajero, mostrando que puede activar células inmunitarias que persisten en el cuerpo durante años, reduciendo el riesgo de recurrencia del cáncer. Estos resultados, aunque preliminares, abren nuevas vías para el tratamiento de uno de los cánceres más mortales. La convergencia de estos avances subraya la importancia de continuar la inversión en investigación y desarrollo en el sector salud. La comunidad médica y científica está más unida que nunca, buscando formas de facilitar el acceso a estas innovaciones a todos los pacientes, independientemente de su ubicación geográfica o condición socioeconómica. A medida que el 2024 avanza, los expertos instan a la colaboración internacional para asegurar que estas innovaciones lleguen a quienes más las necesitan. La esperanza es que con un esfuerzo conjunto, se puedan reducir tanto las tasas de nuevas infecciones por VIH como las mortalidades asociadas a diversos tipos de cáncer, marcando así el inicio de una nueva era en la atención médica global.