Emimlio Juan Brignardello Vela
Emilio Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La demencia, un problema de salud pública que sigue siendo un mal oculto en México, afecta a un número alarmante de personas. Según Jorge Bernal Zamora, un especialista en Neurología y Medicina Interna, por cada caso de demencia que se diagnostica, existen entre 25 y 30 más que permanecen sin identificar. Esta situación sugiere que en el país podría haber entre 32.5 millones y 39 millones de pacientes que padecen algún tipo de demencia, una cifra que representa una verdadera crisis sanitaria. Actualmente, se estima que hay aproximadamente 1.3 millones de pacientes diagnosticados con Alzheimer en México. Sin embargo, el 70% de los diagnósticos de demencia se clasifican como Alzheimer, lo que sugiere una falta de precisión en el diagnóstico y una necesidad urgente de realizar más estudios y estadísticas que aborden esta problemática de manera efectiva. Sin estos datos, es difícil tener una imagen clara de la magnitud del problema. La proyección para el año 2050 es aún más inquietante, ya que se estima que México podría contar con entre 3.5 y 3.8 millones de pacientes con Alzheimer, sin incluir a otros tipos de demencias. Esta alarmante tendencia se ve exacerbada por la carencia de pruebas diagnósticas adecuadas y la falta de una definición precisa del Alzheimer, lo que deja a muchos pacientes sin el tratamiento oportuno y necesario. Bernal Zamora señala que el diagnóstico de esta enfermedad es complicado, ya que, en muchos casos, cuando se identifica, el paciente ha estado lidiando con el problema durante más de una década. Uno de los principales obstáculos es la anosognosia, una condición en la que el paciente no es consciente de su enfermedad, lo que dificulta aún más la detección temprana. Esto implica que tanto la familia como los cuidadores deben estar atentos a los primeros signos de deterioro cognitivo. Los síntomas de la demencia, que incluyen olvidos de nombres y fechas, pérdida de objetos, y alteraciones en el juicio y razonamiento, son devastadores no solo para el paciente, sino también para su entorno. La pérdida de la identidad y la incapacidad progresiva para participar en la vida cotidiana hacen que esta enfermedad sea especialmente dolorosa. La despersonalización que acompaña al Alzheimer es una experiencia desgarradora, tanto para el paciente como para sus seres queridos. Los factores de riesgo asociados son múltiples e incluyen no solo la edad, sino también condiciones como la obesidad, hipertensión, diabetes descontrolada y problemas auditivos, entre otros. Esto indica que el Alzheimer no es solo un problema médico, sino también un reflejo de la salud pública en su conjunto, impulsado por estilos de vida y condiciones socioeconómicas. Entre las distintas formas de demencia, se destaca el síndrome de Hakim-Adams, que puede simular los síntomas del Alzheimer pero es tratable. Esta condición resalta la necesidad de un diagnóstico adecuado y oportuno, ya que un tratamiento adecuado puede llevar a la recuperación completa del paciente. El tratamiento de las demencias es costoso y, desafortunadamente, no existen medicamentos que puedan detener o curar la enfermedad. Los tratamientos actuales solo logran ralentizar el deterioro cognitivo, lo que plantea un gran desafío para las familias afectadas. Algunas pueden llegar a gastar hasta 2 millones de pesos en busca de una mejora, sin obtener el resultado esperado. Bernal Zamora advierte sobre la proliferación de charlatanes que prometen curas rápidas para la demencia. Esta desinformación puede hacer que los pacientes y sus familias pierdan tiempo valioso en busca de soluciones ficticias, mientras que el tiempo sigue avanzando y la enfermedad progrede. La recomendación es adoptar un enfoque preventivo, como el ejercicio regular, para mitigar el riesgo de desarrollar demencia. Finalmente, el especialista remarca que, aunque hay investigaciones en curso sobre nuevos tratamientos, la realidad es que el sistema de salud público y privado no está preparado para abordar esta crisis. Los medicamentos más avanzados son prohibitivos en costo y no garantizan una mejora significativa. Sin la debida atención y recursos, la demencia permanecerá como un problema oculto que afecta a millones de mexicanos, resaltando la urgente necesidad de una estrategia nacional que priorice la salud mental.